miércoles, 14 de enero de 2015

El rey a ha muerto, larga vida al rey...


Pinault alguna ve dijo que no habían extendido el contrato de Tom Ford en Gucci porque no querían que el nombre del diseñador pesara más que el de la marca, supongo que algo parecido paso en el Dior de la era Galliano y a Bernard Arnault le urgía deshacerse de John; sus últimas colecciones se sentían forzadas y repetitivas y los rumores de los problemas entre estos dos eran muy conocidos dentro de la industria, sólo que Arnault no se conformo con despedirlo y al más puro estilo Gossip Girl se encargó de destruir su reputación.



Muchos dieron por muerto a Galliano y aún su colaboración con Óscar de la Renta pasó desapercibida así que cuando escuche que sería el nuevo director de MMM (ahora simplemente MM) mis expectativas estaban bajas.


No es porque dudara del genio de John Galliano como diseñador pero por la poca experiencia que tengo con personas que están en proceso de "dejar" una adicción estoy consciente de lo difícil y agotador que es ese proceso, se dice que Lennon creo sus mejores obras drogado y aunque está información es más una leyenda urbana, es indudable que John ya tenía un modus operandi y que dejar de crear con sus sentidos alterados sería un reto enorme para el.



Así mismo pasar de Dior que era todo glamour, elegancia y tradición para entrar a MM que es una casa relativamente nueva y donde su principal característica es ese desconstructivismo y reutilización de objetos así como la renuncia al ego (Martín Margiela nunca daba la cara y hasta hace poco sus etiquetas eran prácticamente un pedazo de tela en blanco cosido con cuatro hilos) sería algo muy diferente a la zona de confort de Galliano.
Además está el inconveniente de que MM es una casa poco conocida, no nos engañemos, la mayoría la úbica por su infame colaboración con H&M y si recuerdan las ventas no fueron las mejores porque muchos nos entendieron el concepto, así que esperaba con escepticismo el resultado de esta colaboración.



Debo decir que quede gratamente sorprendido, la fusion entre el sello Galliano y la tradición Margiela parecen haber sido hechas en el cielo, las máscaras de MM estaban ahí, las prendas que parecían ser forros sin serlo, las chaquetas deconstruidas que se transformaban en vestidos y debajo de toda la parafernalia estaban prendas con personalidad, propositivas y totalmente usables y sobre todo: dobladillos bien hechos!.




Algunos esperaban ver una revolución y un Galliano desbocado pero tras ver sus primeras colecciónes en Dior me sí cuenta que en ellas prefirió que la casa brillara más que su nombre y por eso entiendo que fuera prudente y se empapará de la escencia de Margiela pues es para la que ahora trabaja, no era nada fácil su regreso y entiendo que contuviera su "yo" y al final de cuentas nos presentó una colección hermosa, bien hecha, coherente y hasta un poco mágica... Ya veremos que tanta lucha habrá entre el John Galliano y el Martín Margiela pero si aprende de su pasado y tiene el apoyo y dirección correcta le auguró un gran futuro juntos, sin embargo serán las ventas las que dicten si este regreso es el inicio de una nueva era o un debut y despedida.

Como bien dijo Susie Buble:



"At a time when the fashion system doesn’t allow for dreamers, the designer’s first show for the house was more than just a second chance” – Susie Bubble.

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