En mi post anterior les hablaba de lugares donde se podia comprar ropa "vintage" a buenos precios y donde encontrar una prenda era como ir a la playa a desenterrar un tesoro...
Lo enfoque a tiendas de este giro a peticion de @guapologa que me dio la atinada idea de cambiar un poco mi estilo, y la verdad fue una experiencia muy gratificante, me gusto contar mis experiencias como turista de bajo presupuesto y dar opciones a las tipicas visitas guiadas y lo mejor de todo fueron los comentarios, la mayoria dando su punto de vista y su pocision ante este tipo de ropa.
He de confesar que yo mismo tenia mis prejuicios hacia la moda "vintage", para mi la emocion de estrenar era algo que me inculcaron desde niño y siempre esperaba con ansias la ocasion "especial" para ponerme algo por primera vez y la idea de algo "viejo" no me parecia atractiva.
Sin embargo todo cambio cuando vi una playera Diesel en un color "sucio" de hecho tenia la palabra DIRT al frente y a mi se me abrieron los ojos, despues de toda una vida (una muy corta de 18 años) de ser bastante preppy me descubri a mi mismo entusiasmado por aquellas campañas publicitarias de esta marca italiana donde trataban de quitarle las manchas a un pantalon y por mas que tallaban y tallaban no salian!.
Asi fue como empeze a valorar las imperfecciones y la historia que podia tener una prenda, como algun detalle que podia pasar por defecto era un gesto de uniquez (existe la palabra) y como se podia tener un pedazo de historia a traves de un pedazo de tela.
Con todo, persisten ciertos prejuicios sobre el tema, yo mismo tengo muy pocas prendas de este estilo, la mayoria del closet de mi papa, y es que a diferencia de la ropa femenina, las opciones masculinas de antaño no me resultan atractivas, por ejemplo, el estilo "pachuco a lo Tin Tan" no es para nada mi estilo.
En ese sentido las mujeres tienen mas suerte y la ropa antigua muchas veces alcanza, para mi, el status de arte (una discusion que ya tendre en un proximo post) y casualmente justo en estos momentos estoy leyendo una novela, "Una pasion Vintage" la trama es interesante y la forma en que describe la ropa y los lugares te hace sentirte dentro de la trama pero lo realmente importante es que explica muy claro y con palabras que ni a mi me saldrian tan bien por que amamos la ropa "vieja".
Asi que a continuacion les trascribire algunos fragmentos, que espero no sean la causa de que me cierren el blog jejeje.
Disfrutenlo!!!
Sin embargo todo cambio cuando vi una playera Diesel en un color "sucio" de hecho tenia la palabra DIRT al frente y a mi se me abrieron los ojos, despues de toda una vida (una muy corta de 18 años) de ser bastante preppy me descubri a mi mismo entusiasmado por aquellas campañas publicitarias de esta marca italiana donde trataban de quitarle las manchas a un pantalon y por mas que tallaban y tallaban no salian!.
Asi fue como empeze a valorar las imperfecciones y la historia que podia tener una prenda, como algun detalle que podia pasar por defecto era un gesto de uniquez (existe la palabra) y como se podia tener un pedazo de historia a traves de un pedazo de tela.
Con todo, persisten ciertos prejuicios sobre el tema, yo mismo tengo muy pocas prendas de este estilo, la mayoria del closet de mi papa, y es que a diferencia de la ropa femenina, las opciones masculinas de antaño no me resultan atractivas, por ejemplo, el estilo "pachuco a lo Tin Tan" no es para nada mi estilo.
En ese sentido las mujeres tienen mas suerte y la ropa antigua muchas veces alcanza, para mi, el status de arte (una discusion que ya tendre en un proximo post) y casualmente justo en estos momentos estoy leyendo una novela, "Una pasion Vintage" la trama es interesante y la forma en que describe la ropa y los lugares te hace sentirte dentro de la trama pero lo realmente importante es que explica muy claro y con palabras que ni a mi me saldrian tan bien por que amamos la ropa "vieja".
Asi que a continuacion les trascribire algunos fragmentos, que espero no sean la causa de que me cierren el blog jejeje.
Disfrutenlo!!!
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ENTREVISTA 1
A la protagonista, Phoebe, le hacen unas preguntas para un periodico local.
"—Las prendas vintage están ahora muy buscadas, ¿verdad?
—Sí, muy buscadas. —Extendí a toda prisa varios ejemplares de Vogue de los años cincuenta sobre la mesa de cristal que había junto al sofá—. Las mujeres quieren individualidad, no productos fabricados en serie, y eso es lo que les proporciona el vintage. Vestir esta clase de ropa indica originalidad y buen gusto. Una mujer puede comprar en High Street un vestido de noche de doscientas libras —proseguí, más contenta ahora con la entrevista— que al día siguiente apenas vale nada. Por el mismo precio puede comprarse algo confeccionado con una tela espléndida, que nadie más lucirá y que, si la mujer no lo estropea, aumentará de valor. Como esto. —Saqué un traje de noche de tafetán de seda azul petróleo diseñado por Hardy Amies en 1957."
—Sí, muy buscadas. —Extendí a toda prisa varios ejemplares de Vogue de los años cincuenta sobre la mesa de cristal que había junto al sofá—. Las mujeres quieren individualidad, no productos fabricados en serie, y eso es lo que les proporciona el vintage. Vestir esta clase de ropa indica originalidad y buen gusto. Una mujer puede comprar en High Street un vestido de noche de doscientas libras —proseguí, más contenta ahora con la entrevista— que al día siguiente apenas vale nada. Por el mismo precio puede comprarse algo confeccionado con una tela espléndida, que nadie más lucirá y que, si la mujer no lo estropea, aumentará de valor. Como esto. —Saqué un traje de noche de tafetán de seda azul petróleo diseñado por Hardy Amies en 1957."
—Y en tu opinión, ¿cuál es el mayor atractivo de la ropa vintage? —Oí a Dan preguntar mientras colocaba los zapatos dentro de los hexaedros de cristal iluminados que se alineaban junto a la pared de la izquierda—. ¿Su buena calidad comparada con la de las prendas que se fabrican en la actualidad?
—En gran parte, sí —contesté colocando en un elegante ángulo un par de bailarinas de ante verde de los años sesenta—. Llevar vintage supone un acto de rebelión contra la fabricación en serie. Pero lo que más me gusta de la moda vintage... —Me volví a mirar a Dan—. No te rías, por favor.
—Por supuesto que no.
—Por supuesto que no.
Acaricié la suave gasa de un salto de cama de los años cincuenta.
—Lo que de verdad me gusta... es saber que contienen la historia personal de alguien. —Me pasé el ribete de marabú por el dorso de la mano—. Siempre pienso en las mujeres que llevaron esa ropa.
—¿De veras?
—Pienso en su vida. No puedo mirar una prenda, como este traje... —añadí acercándome al perchero de la ropa de diario para sacar un conjunto de chaqueta entallada y falda de tweed azul oscuro de los años cuarenta—... sin pensar en la mujer a la que perteneció. ¿Qué edad tenía? ¿Trabajaba? ¿Estaba casada? ¿Era feliz? —Dan se encogió de hombros—. El traje tiene etiqueta británica de principios de los cuarenta —proseguí—, así que me pregunto qué le ocurriría a esta mujer durante la guerra. ¿Sobrevivió su marido? ¿Sobrevivió ella?
Me dirigí hacia el expositor de zapatos y cogí un par de escarpines de seda brocada, con rosas amarillas bordadas.
—Miro estos zapatos exquisitos e imagino a su dueña quitándoselos y echando a andar, o bailando con ellos puestos, o besando a alguien. —Me acerqué a un casquete, de terciopelo rosa colocado en su soporte—. Miro un sombrerito como este —expliqué levantando el velo— e intento imaginar el rostro que había debajo. Porque cuando alguien compra una prenda vintage no compra solo tela e hilo; compra un retal del pasado de alguien.
Dan asintió en silencio.
—Que tú te encargas de traer al presente.
—Exacto. Doy a estas prendas una nueva oportunidad de vivir. Y me encanta saber que soy capaz de recuperarlas —proseguí—, porque hay demasiadas cosas en la vida que no se pueden recuperar. "
—Lo que de verdad me gusta... es saber que contienen la historia personal de alguien. —Me pasé el ribete de marabú por el dorso de la mano—. Siempre pienso en las mujeres que llevaron esa ropa.
—¿De veras?
—Pienso en su vida. No puedo mirar una prenda, como este traje... —añadí acercándome al perchero de la ropa de diario para sacar un conjunto de chaqueta entallada y falda de tweed azul oscuro de los años cuarenta—... sin pensar en la mujer a la que perteneció. ¿Qué edad tenía? ¿Trabajaba? ¿Estaba casada? ¿Era feliz? —Dan se encogió de hombros—. El traje tiene etiqueta británica de principios de los cuarenta —proseguí—, así que me pregunto qué le ocurriría a esta mujer durante la guerra. ¿Sobrevivió su marido? ¿Sobrevivió ella?
Me dirigí hacia el expositor de zapatos y cogí un par de escarpines de seda brocada, con rosas amarillas bordadas.
—Miro estos zapatos exquisitos e imagino a su dueña quitándoselos y echando a andar, o bailando con ellos puestos, o besando a alguien. —Me acerqué a un casquete, de terciopelo rosa colocado en su soporte—. Miro un sombrerito como este —expliqué levantando el velo— e intento imaginar el rostro que había debajo. Porque cuando alguien compra una prenda vintage no compra solo tela e hilo; compra un retal del pasado de alguien.
Dan asintió en silencio.
—Que tú te encargas de traer al presente.
—Exacto. Doy a estas prendas una nueva oportunidad de vivir. Y me encanta saber que soy capaz de recuperarlas —proseguí—, porque hay demasiadas cosas en la vida que no se pueden recuperar. "
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ENTREVISTA 2
Phoebe es invitada a un programa de radio.
"Y ahora —dijo Ginny, mi entrevistadora, sonriéndome—, de la pobreza a la riqueza, o eso espera Phoebe Swift, que acaba de abrir Village Vintage, una tienda de moda vintage, en Blackheath. Phoebe, la semana de la moda de Londres acaba de terminar, y este año lo vintage ha sido un motivo recurrente.
—En efecto. Algunos de los diseñadores más importantes han dado un toque vintage a sus nuevas colecciones.
—¿Y por qué es lo vintage el estilo de nuestro tiempo?
—Creo que el hecho de que un símbolo de la moda como Kate Moss lo lleve ha influido en el mercado.
—Sí, recuerdo aquel vestido de satén dorado de los años treinta que se le rompió.
—Sí, y en su caso podría decirse que era pasar de la riqueza a la pobreza, porque según tengo entendido le había costado dos mil libras. Hoy día montones de estrellas de Hollywood lucen prendas vintage en la alfombra roja; por ejemplo, Julia Roberts acudió a la entrega de los Oscar con un vestido vintage de Valentino, y Renée Zellweger con un vestido amarillo canario de los cincuenta, diseño de Jean Desses. Esto ha cambiado la percepción del vintage, que antes se consideraba propio de gente bohemia y extravagante, no una opción elegante como en la actualidad.
—Entonces, ¿qué ofrece una prenda vintage a una chica?
—Saber que llevamos algo que es a un tiempo exclusivo y hermoso ya anima de por sí. Y además somos conscientes de que la prenda tiene una historia, un pasado, si se prefiere, y eso es importante. Ninguna prenda contemporánea puede ofrecernos esa dimensión añadida.
—¿Qué consejos puedes darnos a la hora de comprar prendas vintage?
—Hay que prepararse para buscar mucho y saber qué nos queda bien. A las mujeres con curvas, los cortes rectos de los años veinte y sesenta no les favorecen; tienen que buscar ropa de los cuarenta o los cincuenta, que es más ceñida. Si nos gusta la década de los treinta, debemos tener en cuenta que los trajes entallados son traicioneros si tenemos barriguita o un busto generoso. También recomiendo ser realista. No podemos ir a una tienda vintage esperando convertirnos en, por ejemplo, Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", porque puede que ese estilo no nos favorezca y que pasemos por alto algo que sí nos sentaría bien.
—Pero... —dijo Ginny haciendo una mueca— creo que a mí no me gustaría ponerme la ropa vieja de otra persona.
—Hay gente que opina como tú. —Pensé en mi madre—. Los amantes del vintage nacen, no se hacen, de modo que no somos muy tiquismiquis a ese respecto. Creemos que una manchita es un precio insignificante que debemos pagar por algo que no solo es original, sino que posiblemente sea también de una marca que es todo un símbolo en el mundo de la moda.
—¿Cuáles son los principales problemas del vintage? ¿El precio, tal vez?
—No, teniendo en cuenta la calidad, los precios son bastante rajables, lo que es un punto a su favor en esta época de crisis. No, Principal problema son las tallas, porque suelen ser pequeñas. Desde los cuarenta a los sesenta estaban de moda las cinturas estrechas, se llevaban los vestidos y las chaquetas ajustados, y las mujeres se ponían corsés y fajas para poder lucirlos. Por otro lado, hoy día las mujeres son más corpulentas. Mi consejo a la hora de comprar ropa vintage es probarse la ropa sin mirar la talla.
—¿Qué cuidados requieren estas prendas? —preguntó Ginny— ¿Algún consejo para mantenerlas en buen estado?
—Hay unas cuantas normas básicas. Las prendas de punto deben lavarse a mano con champú para bebés y no hay que dejarlas en remojo, porque podrían dar de sí; luego hay que secarlas del revés.
—¿Y las bolas de naftalina? —preguntó Ginny tapándose la nariz.
—No huelen tan mal y otras opciones con un olor más agradable no parecen dar tan buenos resultados. Para proteger las prendas de las polillas lo mejor es meterlas en bolsas de polietileno... y rociar el armario con perfume puede obrar maravillas. Cualquier fragancia intensa y dulzona como Fendi mantendrá alejadas a las polillas.
—Y a mí también —dijo Ginny entre risas.
—En el caso de la seda —proseguí—, hay que colgarla en perchas acolchadas evitando la luz del sol directa, porque pierden el color con facilidad. En cuanto al satén, no hay que lavarlo, porque encoge, y jamás hay que comprar nada de ese género que este deshilachado, porque se romperá en cuanto nos lo pongamos.
—Como descubrió Kate Moss.
—Efectivamente. También aconsejaría a nuestras oyentes que no compren prendas que estén muy sucias, porque quizá no puedan lavarlas. Las lentejuelas de gelatina que se utilizaban antes se deshacen con las técnicas de lavado actuales. Las cuentas de baqueliw o cristal pueden romperse.
—Vaya, una palabra de otros tiempos «baquelita» —dijo Ginny con expresión risueña—. ¿Dónde podemos comprar ropa vintage? Aparte, claro está, de las tiendas como la tuya.
—En subastas —respondí— y en los mercadillos de ropa vintage Se celebran unas cuantas veces al año en las ciudades más importantes. Luego está eBay, por supuesto, pero nunca hay que olvidar pedirle al vendedor todas las medidas.
—¿Y las tiendas de beneficencia?
—Es posible encontrar vintage, pero no gangas, puesto que ahora ya saben cuánto vale esa ropa.
—Supongo que la gente te lleva cosas que quiere vender o te pide que vayas a su casa a echar un vistazo a los armarios y el desván.
—Sí, y me encanta, porque nunca sé qué voy a encontrar. Cuando veo algo que me gusta, tengo una sensación maravillosa... aquí. —Me puse una mano en el pecho—. Es como... enamorarse.
—Es un flechazo vintage.
Sonreí.
—Sí, podríamos decirlo así
.
—¿Algún otro consejo?
—Sí. Si alguien quiere vender algo, que mire antes en los bolsillos.
—¿La gente se deja cosas en ellos?
Asentí.
—Sí, de todo tipo: llaves, bolis, lápices...
—¿Alguna vez has encontrado dinero? —bromeó Ginny.
—No, por desgracia, pero una vez encontré un giro postal... Por valor de dos chelines y seis peniques
.
—Así pues, no olvidéis echar un vistazo en los bolsillos —dijo Ginny— Y, sobre todo, echad un vistazo a Village Vintage, la tienda e Phoebe Swift, en Blackheath, si queréis saber... —se inclinó hacia el micro— cómo vestíamos antes. —Ginny me dedicó una sonrisa cariñosa—. Gracias, Phoebe Swift."
—En efecto. Algunos de los diseñadores más importantes han dado un toque vintage a sus nuevas colecciones.
—¿Y por qué es lo vintage el estilo de nuestro tiempo?
—Creo que el hecho de que un símbolo de la moda como Kate Moss lo lleve ha influido en el mercado.
—Sí, recuerdo aquel vestido de satén dorado de los años treinta que se le rompió.
—Sí, y en su caso podría decirse que era pasar de la riqueza a la pobreza, porque según tengo entendido le había costado dos mil libras. Hoy día montones de estrellas de Hollywood lucen prendas vintage en la alfombra roja; por ejemplo, Julia Roberts acudió a la entrega de los Oscar con un vestido vintage de Valentino, y Renée Zellweger con un vestido amarillo canario de los cincuenta, diseño de Jean Desses. Esto ha cambiado la percepción del vintage, que antes se consideraba propio de gente bohemia y extravagante, no una opción elegante como en la actualidad.
—Entonces, ¿qué ofrece una prenda vintage a una chica?
—Saber que llevamos algo que es a un tiempo exclusivo y hermoso ya anima de por sí. Y además somos conscientes de que la prenda tiene una historia, un pasado, si se prefiere, y eso es importante. Ninguna prenda contemporánea puede ofrecernos esa dimensión añadida.
—¿Qué consejos puedes darnos a la hora de comprar prendas vintage?
—Hay que prepararse para buscar mucho y saber qué nos queda bien. A las mujeres con curvas, los cortes rectos de los años veinte y sesenta no les favorecen; tienen que buscar ropa de los cuarenta o los cincuenta, que es más ceñida. Si nos gusta la década de los treinta, debemos tener en cuenta que los trajes entallados son traicioneros si tenemos barriguita o un busto generoso. También recomiendo ser realista. No podemos ir a una tienda vintage esperando convertirnos en, por ejemplo, Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", porque puede que ese estilo no nos favorezca y que pasemos por alto algo que sí nos sentaría bien.
—Pero... —dijo Ginny haciendo una mueca— creo que a mí no me gustaría ponerme la ropa vieja de otra persona.
—Hay gente que opina como tú. —Pensé en mi madre—. Los amantes del vintage nacen, no se hacen, de modo que no somos muy tiquismiquis a ese respecto. Creemos que una manchita es un precio insignificante que debemos pagar por algo que no solo es original, sino que posiblemente sea también de una marca que es todo un símbolo en el mundo de la moda.
—¿Cuáles son los principales problemas del vintage? ¿El precio, tal vez?
—No, teniendo en cuenta la calidad, los precios son bastante rajables, lo que es un punto a su favor en esta época de crisis. No, Principal problema son las tallas, porque suelen ser pequeñas. Desde los cuarenta a los sesenta estaban de moda las cinturas estrechas, se llevaban los vestidos y las chaquetas ajustados, y las mujeres se ponían corsés y fajas para poder lucirlos. Por otro lado, hoy día las mujeres son más corpulentas. Mi consejo a la hora de comprar ropa vintage es probarse la ropa sin mirar la talla.
—¿Qué cuidados requieren estas prendas? —preguntó Ginny— ¿Algún consejo para mantenerlas en buen estado?
—Hay unas cuantas normas básicas. Las prendas de punto deben lavarse a mano con champú para bebés y no hay que dejarlas en remojo, porque podrían dar de sí; luego hay que secarlas del revés.
—¿Y las bolas de naftalina? —preguntó Ginny tapándose la nariz.
—No huelen tan mal y otras opciones con un olor más agradable no parecen dar tan buenos resultados. Para proteger las prendas de las polillas lo mejor es meterlas en bolsas de polietileno... y rociar el armario con perfume puede obrar maravillas. Cualquier fragancia intensa y dulzona como Fendi mantendrá alejadas a las polillas.
—Y a mí también —dijo Ginny entre risas.
—En el caso de la seda —proseguí—, hay que colgarla en perchas acolchadas evitando la luz del sol directa, porque pierden el color con facilidad. En cuanto al satén, no hay que lavarlo, porque encoge, y jamás hay que comprar nada de ese género que este deshilachado, porque se romperá en cuanto nos lo pongamos.
—Como descubrió Kate Moss.
—Efectivamente. También aconsejaría a nuestras oyentes que no compren prendas que estén muy sucias, porque quizá no puedan lavarlas. Las lentejuelas de gelatina que se utilizaban antes se deshacen con las técnicas de lavado actuales. Las cuentas de baqueliw o cristal pueden romperse.
—Vaya, una palabra de otros tiempos «baquelita» —dijo Ginny con expresión risueña—. ¿Dónde podemos comprar ropa vintage? Aparte, claro está, de las tiendas como la tuya.
—En subastas —respondí— y en los mercadillos de ropa vintage Se celebran unas cuantas veces al año en las ciudades más importantes. Luego está eBay, por supuesto, pero nunca hay que olvidar pedirle al vendedor todas las medidas.
—¿Y las tiendas de beneficencia?
—Es posible encontrar vintage, pero no gangas, puesto que ahora ya saben cuánto vale esa ropa.
—Supongo que la gente te lleva cosas que quiere vender o te pide que vayas a su casa a echar un vistazo a los armarios y el desván.
—Sí, y me encanta, porque nunca sé qué voy a encontrar. Cuando veo algo que me gusta, tengo una sensación maravillosa... aquí. —Me puse una mano en el pecho—. Es como... enamorarse.
—Es un flechazo vintage.
Sonreí.
—Sí, podríamos decirlo así
.
—¿Algún otro consejo?
—Sí. Si alguien quiere vender algo, que mire antes en los bolsillos.
—¿La gente se deja cosas en ellos?
Asentí.
—Sí, de todo tipo: llaves, bolis, lápices...
—¿Alguna vez has encontrado dinero? —bromeó Ginny.
—No, por desgracia, pero una vez encontré un giro postal... Por valor de dos chelines y seis peniques
.
—Así pues, no olvidéis echar un vistazo en los bolsillos —dijo Ginny— Y, sobre todo, echad un vistazo a Village Vintage, la tienda e Phoebe Swift, en Blackheath, si queréis saber... —se inclinó hacia el micro— cómo vestíamos antes. —Ginny me dedicó una sonrisa cariñosa—. Gracias, Phoebe Swift."
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Creo que con estas "entrevistas" se pueden aclarar varias de las dudas sobre el tema, en lo personal siempre he preferido las prendas con "caracter" aunque sean de las rebajas sobre rebajas de Zara y por cierto, hasta una mini biografia de Madame Gres viene incluida en el libro.
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"— ¿qué tiene de extraordinario la tal...? Lo siento, ¿cómo se llamaba la diseñadora?
—Madame Gres —respondí con paciencia—. Era la mejor costuriére del mundo. Plisaba las telas directamente sobre el cuerpo de la modelo y convertía a la mujer en una bella escultura. Como el Espíritu del Éxtasis de los Rolls Royce. Madame Gres era una escultora que labraba telas. Además era muy valiente.
Miles entrelazó las manos.
—¿En qué sentido?
—Cuando en el cuarenta y dos inauguró la Casa Gres en París, colgó una enorme bandera francesa en el escaparate desafiando a la ocupación alemana. Cada vez que los alemanes la arrancaban, ponía otra. Sabían que era judía, pero la dejaban en paz porque esperaban que vistiera a las esposas de los oficiales. Cuando se negó, le cerraron la tienda. Murió en la pobreza, olvidada por todos, pero era un genio"
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Espero les aclarara algunas dudas sobre el concepto, y sobre todo, espero no me caiga el FBI por derechos de autor jejeje y por ultimo, comparten o discrepan con eso de que "los amantes del vintage nacen, no se hacen" ?